miércoles, 11 de febrero de 2015

REFLEXIONES DE DOCENTES: MARIA EUGENIA


Uno de los objetivos de nuestro blog es dar voz a experiencias y reflexiones de los docentes. El publicarlas no significa necesariamente que estemos totalmente de acuerdo con ellas, pero poner en común ideas, miedos, deseos... y que puedan ser enriquecidos con comentarios, nos parece uno de los lujos que nos aportan las nuevas tecnologías.



Mi nombre es María Eugenia y soy profesora de secundaria.
Soy profesora por vocación, abandoné un trabajo estable, puesto fijo y bien remunerado porque deseaba sentirme realizada haciendo lo que más me gusta. Estudié idiomas e Historia del Arte por puro Amor al Arte y a las Ciencias Humanas: mi deseo era transmitir mis conocimientos, mi pasión, hacer a otros comprender y apreciar la sutilidad de las creaciones que el pensar y el sentir del ser humano nuestros antepasados lejanos y no tan lejanos- han plasmado a lo largo de su historia. No, nunca me ha gustado aprender fechas, nunca me ha gustado la enseñanza convencional de repetir y memorizar conceptos de los que no entendía el sentido, hechos aislados sin porqués, sin causas ni consecuencias claras.
Nunca me gustó cómo me explicaron la Historia en el instituto, por eso cuando empecé a trabajar como profesora quise hacerlo mejor de lo que lo habían hecho conmigo ... en mis cuatro primeros años estuve trabajando una media de catorce horas diarias, festivos incluidos, a veces más, no me importó, lo hice porque quise, porque no quería que mis alumnos sufrieran con un libro tostóntodo lo que yo había sufrido; así pues llegué a compilar una producción de powerpoints superchulos, cuestionarios, actividades etc...
Ustedes pensarán que mis alumnos tienen que estar encantados, tanta vocación, tanto vídeo, tanto powerpoint... pues miren, unos cuantos lo están, pero la realidad es que lo que menos importa en las aulas ahora mismo es lo que yo o cualquier otro profesor les pueda enseñar de Historia, Geografía, Arte o casi cualquier otra materia del curriculo.
Cuando entré en la enseñanza no tenía de idea de en el mundo en el que me estaba metiendo. He tenido verdaderas pesadillas queriendo volver a mi antiguo trabajo, he llorado tardes y tardes de impotencia, de rabia y de sentirme incapaz de afrontar situaciones para las que una licenciatura convencional y veinte cursos de habilitación a la docencia no te preparan, he sufrido humillaciones, insultos y amenazas sin merecerlo, todos los días sufro un pulso emocional continuo una clase tras otra y a sexta hora a veces acabo absolutamente desgastada, con toda mi energía absorbida, pero les sigo sonriendo, sigo aguantando el tipo gracias a las miradas de alumnos que son auténticos angelitos, y por ellos, sobrevivo. No, no exagero. ¿Ustedes han visto el programa de televisión “Hermano Mayor”? probablemente si... esos chicos que salen por la tele también van al instituto, y otros, que no salen en ese programa, es en el instituto donde encuentran su espacio de desahogo.
De las situaciones que se viven en el aula nadie tiene directamente la culpa, las circunstancias sociales actuales hacen que cada vez nos encontremos en las aulas con jóvenes que cargan a sus espaldas problemáticas de muy diversos tipos, carencias no solo económicas, sino también de valores, de civismo, de afectividad... el mayor problema que veo en ellos es la falta de atención que muchos tienen, falta de comprensión, carencias afectivas y desconocimiento de cómo gestionar unos sentimientos y emociones que a veces no saben ni reconocer ...carencias a fin de cuentas que desembocan en conductas dañinas para ellos y para su entorno y que lamentablemente, a veces a los quince, dieciséis años, ya están demasiado fuertemente interiorizadas como para cambiarlas fácilmente. Este tipo de chavales no son perfil “Hermano Mayor”, la mayoría de ellos, uno a uno, son personas maravillosas, que hacen lo que pueden en el entorno que tienen. Uno a uno se puede generalmente hablar con ellos y van respondiendo a estímulos de refuerzo positivo. Uno a uno... pero en un aula con treinta personas!? Treinta o más de treinta personas, cada una de ellas con su mundo, con sus intereses, motivaciones y desmotivaciones, preocupaciones, carencias, complejos, por no hablar de aquellos casos de alumnos con problemas psicológicos o psiquiátricos serios (no, no me refiero a hiperactividad) habilidades, actitudes y aptitudes, apiñados en un aula en donde la misión del
profesor pasa por lograr impartir el programa de una asignatura concreta. Treinta mundos encorsetados en un espacio en el que no terminan de encajar, en un espacio que no está preparado para saber sacar su potencial. Treinta mundos de emociones, caos emocionales las más de las veces y hormonas a flor de piel en un pulso treinta a uno.
Treinta mundos que saben sacar lo peor que ese “uno” lleva dentro. Un Uno que a veces se ve desbordado y que sabe la importancia de su rol y que pase lo que pase sabe que está siendo ejemplo en la formación moral de esos jóvenes y por tanto ha de aportar su ejemplo de educación, calma, corrección ... a veces es la única manera de transmitir unos valores, siendo un ejemplo coherente y viviente de los mismos... si, a veces en contra de la cotidianeidad que ellos viven.
Sí, claro que si, en mis tiempos era distinto, y en los tiempos de usted que está leyendo esto probablemente también era distinto; en aquellos tiempos tratar de afectividades, gestión de emociones y sentimientos, de cómo nos afectaban las carencias que pudiéramos o no tener, no daba lugar. O no las teníamos, o a base de un cachete se nos quitaba la tontería o la letra con sangre entra o nos íbamos a jugar al parque y ahí no había carencia ninguna. Pero estos tiempos son otros tiempos, esta sociedad, sus valores y su estructura son otros y por tanto, necesariamente los paradigmas de la educación deberían ser otros.
También treinta mundos de capacidades y niveles de comprensión diversos. El profesor tiene la misión de adaptar el currículo (el temario) al nivel de las capacidades de cada alumno. Perfecto, así debe de ser, por supuesto... y así en ese esfuerzo es cómo en múltiples ocasiones me he visto preparando cuatro niveles de un mismo temario para una sola aula: adaptaciones para los que no saben castellano, adaptaciones para los ACNEAE (Alumnado Con Necesidad Específica de Apoyo Educativo), para alumnos con un retraso curricular igual o superior a dos años, para los alumnos del nivel ordinario del curso y para los alumnos superlistos que sin ser superdotados se daban de cabezazos contra la mesa porque no eran capaces de soportar que a otros compañeros les costase más que a ellos comprender conceptos básicos.
He hecho adaptaciones, megaadaptaciones, powerpoints, vídeos, he explicado la historia como si fuera un cuento, ... no, no he llegado a disfrazarme, pero si he hecho el payaso para explicar conceptos de mil y una maneras, he explicado la historia con personajes de videojuegos, me he puesto dibujos de piñas en la cabeza... y entre una cosa y otra refuerzo las competencias básicas que todo alumno ha de adquirir para valerse por sí mismo en la vida... desbordante. Miren ...didácticamente he hecho todo lo que he podido... pero hay quien no siente ni pizca de interés ni por el misterio de las pirámides de Egipto, sus faraones, las momificaciones ni aunque se explique acompañado de todo un despliegue de fuegos artificiales y hay quien además de no sentir interés, no deja fluir el interés que otros tienen mientras de paso da muestra de conductas poco o nada cívicas...
Sinceramente, estoy esperando que alguien me aclare y reajuste mi papel. Puedo enseñar y enseño Historia, Geografía, Arte, y en varios idiomas... si tuviera un público receptivo sería la gloria (si, alguna vez lo he tenido), también puedo educar en valores, enseñar a comportarse, modales, educación, respeto, saber estar, cositas que en una vida en sociedad son imprescindibles (ya no me cuestiono si es deber o no de los padres, solo expongo la carencia cada vez más abrumadora que hay en educación y civismo ...no , no es que yo haya tenido “mala suerte” con el alumnado que me ha “tocado”, es lo que viene... como decía puedo hacer o una cosa u otra, pero humanamente solo llego a hacer medianamente lo que puedo en ambos aspectos.
Algo hay que replantearse.
No conduce a nada retener en un aula por la fuerza, con una programación que hay que cumplir a rajatabla, ya sea adaptada o megaadaptada, a unos jóvenes que lo que necesitan es otro tipo de educación. Una educación emocional, una educación en gestión de sentimientos, una educación que extraiga lo mejor de ellos como personas... y a partir de ahí, ya creo que sí será posible motivarles en otros menesteres y encauzarles en otro tipo de aprendizajes teóricos.
Llámenme clasista, segregacionista, no me importa. La diversificación en varias vías de enseñanza me parece una necesidad. Igualar a todos por abajo me parece un error. Igualar a todos por arriba es otro error. Permitir que un chavalico pase de la Primaria a la Secundaria sin saber apenas leer o escribir la ley impide que puedan repetir más de dos veces en primaria- es un gravísimo error. Permitir que un estudiante de secundaria que ya haya repetido un año, pase al curso siguiente por imperativo legal es un despropósito (¿tiene sentido premiar la dejadez?) que caro precio.
Miren, como profesión, la enseñanza puede ser horrible, inhumano trabajar en ello, puede ser insufrible, si, no es en absoluto falso el que sea la profesión donde más depresiones hay. Pero saben qué, como profesión, cuando es bueno es maravilloso, cuando es bueno creo que no hay nada mejor en el mundo: cuando ese delincuente en potencia al que has estado reforzando positivamente durante meses, aguantando estoicamente sus amenazas y desplantes, un día te sonríe y “te” hace los deberes sólo para que le digas lo orgullosa que estás de él, cuando has conseguido que “dejen el lado oscuro”, cuando el más “cabritillo” tiene gestos bondadosos, cuando ves esos cambios en ellos, cuando te miran con sus caritas y te sonríen, cuando es en tì en quien confían cuando tienen un problema, cuando se desgañitan gritando tu nombre y van corriendo a saludarte cuando te ven, cuando te dan un abrazo y te dicen que no quieren que te vayas (después de haberte estado haciendo la vida imposible durante el curso!), cuando todavía te escriben correos y te dan muestras de cariño.
El mundo sé que no puedo cambiarlo, cada uno podemos cambiar nuestra pequeña parcela, y mi parcela que es muy grande, como muy grande es la responsabilidad que conlleva mi trabajo. Los paradigmas sobre los que se articula la enseñanza necesitan urgentemente un cambio. No se sostiene. Ni los alumnos son capaces de sostenerse en estos programas educacionales, ni los profesores podemos seguir siendo cómplices de un sistema que no funciona.
De acuerdo, hasta ahora he planteado el estado de la cuestión. Muchos de los que hayan llegado hasta aquí en la lectura no les pillará de nuevas, no sé qué pensarán ustedes, tal vez haya quien se sorprenda de lo que cuento.
Me he sentido muy tentada de poner frases reales de alumnos míos... para que vieran hasta qué punto la gravedad del tema, pero cuento con que su sensibilidad haya captado sin necesidad de más líneas cómo está el panorama.
¿Soluciones?
Aquí mi brain storm:
Ningún alumno se debería de frustrar por repetir.
La base de la que partir debería ser saber leer y escribir en castellano. Sin eso no se debería poder subir de grado. A quien no sepa leer o escribir correctamente y con fluidez (el caso de problemas que requieren logopedia sería otro- ofreciendo apoyos complementarios) hay que reforzar el tiempo que sea necesario esa habilidad.

Los estudiantes que provengan de países cuya lengua no es el castellano deberían obligatoriamente de pasar por un periodo de adaptación lingüística, cultural y con apoyo emocional
Comprensión de textos escritos. Comprender lecturas a un primer nivel y a un segundo nivel – captar subjetividades...- Sin eso no se debería poder subir de grado.
Estos tres puntos junto con el ayudarles a integrar valores cívicos de educación, respeto, tolerancia, solidaridad... serían los CIMIENTOS IMPRESCINDIBLES desde los que el sistema educativo puede empezar a construir.
A lo largo de la secundaria debería haber algún tipo asignatura obligatoria, de atención individualizada, al menos 1 o dos veces a la semana de llamémosle (ahora que están tan de moda estos términos) teenagers soul coaching, si, coaching, personal coaching, en toda la extensión del término. Si cada día hay más adultos que lo demandan ... imagínense cuanto camino llevaríamos adelantado si nuestros jóvenes, el futuro de nuestra sociedad, llevara ya eso adelantado!!
Los estudios curriculares de secundaria deberían diversificarse en varias rutas. De manera que:
a) se diera la oportunidad de exprimir al máximo el potencial de aquellos alumnos que deseen

dedicarse a estudiar un bachiller y/o una carrera
b) que facilitara el acceso a conocimientos generales de carácter humanístico, conocimientos del entorno, matemático, creativo y práctico a alumnos con dificultades de aprendizaje pero con demostrado interés y curiosidad por realizar aprendizajes
c) que se dieran unos conocimientos de carácter práctico, matemáticos, cívicos, de las cosas que cualquiera necesita saber para manejarse en nuestro mundo unido a otro tipo de materias de carácter más libre elegidas por el propio alumno y que estuvieran en consonancia con sus intereses y promovieran un desarrollo de su potencial, algo así como un personal teenagers soul coaching que lo condujera a algún aprendizaje práctico en positivo.
d) Para los casos más extremos: puras clases de integración social, civismo, educación, valores, respeto, tolerancia, solidaridad, empatía, manejo de emociones, cómo superar determinadas situaciones...
Espero que este pequeño texto pueda servir como exposición de la realidad que hay. Desde dentro de este mundo afirmo contundentemente que no hay exageración alguna sobre el estado general de la cuestión. Espero haber podido dar un poco de difusión a la realidad que no siempre queremos ver, haber dado un poquito de luz a este tema tan trascendental.
Por supuesto que muchísimo habría que concretar en soluciones, pero este es un pequeño boceto, un pequeño pasito al andar y al que espero que otras voces y otras propuestas se unan.
Gracias por prestar atención a este texto. Gracias por poner luz en la educación, un tema, que es cosa de todos.
Atentamente, María Eugenia. 

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